PRESENTACIÓN

LAS PENAS CON HUMOR SON MENOS PENAS

Este es el blog suboficial de PENURIAS EXQUISITAS, mi primera novela. Pero, sobre todo, es un espacio dedicado a la literatura de humor en el sentido más amplio de la expresión. Si un relato entretiene a quien lo lee y le ayuda a olvidarse de sus problemas por unos instantes, bienvenido sea. Aunque en el texto no se realice un alarde estilístico o se haga una brillante reflexión filosófica o futbolística. Como diría un albañil: cuanto más divertida sea una obra, mejor. En palabras de Mariano, el protagonista de esta novela, "Si, además de entretener al sujeto lector, se provoca su hilaridad, se cobran dos volátiles de una detonación."


lunes, 23 de diciembre de 2013

PAZ A LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD


       

      Aún no había transcurrido un mes desde que el Ministerio desmantelara una peligrosa banda de inspectores de Hacienda que pretendía hacer su trabajo de forma impecble. También estaban recientes varios casos de jueces subversivos que, empeñados en aplicar la ley a todos los ciudadanos por igual, habían tenido que ser separados de sus cargos tras la oportuna intervención de la Fiscalía Anticorrupción. El populacho estaba nervioso y los hombres de buena voluntad veían peligrar su paz.
     Pocos días antes de nochebuena, el Ministro de Justicia ordenó retirar el spot publicitario de la Lotería Nacional y miembros de la guarnición de seguratas de Televisión Española detuvieron al autor, un conocido proabortista, porque su trabajo incitaba descaradamente al aborto (después de verlo, las gestantes tenían un deseo irrefrenable de interrumpir su embarazo para evitar a sus nascitorus el sufrimiento de vivir entre los terroríficos engendros que aparecían en el anuncio). 
     En las mismas fechas, miles de efectivos del Cuerpo Nacional de Conserjes y Porteras Uniformadas llevaron a cabo una brillante operación en la que se arrestaron a todos los miembros de la conocida banda terrorista PANDER-ETA, que pretendía sembrar el terror en todo el territorio nacional armados con zambombas y panderos pidiendo el aguinaldo mientras interpretaban villancicos de puerta en puerta sin permiso previo de la Delegación del Gobierno.
     Por otro lado, centenares de agentes uniformados del BOBU (cuerpo de bedeles, ordenanzas, botones, y ujieres) realizaron una redada inspeccionando los belenes instalados en los edificios del país. Así, fueron desalojados de todos los nacimientos José, María y el niño Jesús por ocupar ilegalmente el Portal de Belén (monumento histórico-artístico protegido por la ley). También se detuvieron a un número indeterminado de belicosos pastorcillos que se opusieron al desalojo. Además, se multó al buey y la mula, por ensuciar con sus deposiciones un edificio de interés histórico y a los propietarios de los nacimientos que tenían entre sus figuritas la del caganer por atacar a la decencia y moral pública.
      Brigadas de gorrillas desplegadas por todas las ciudades multó a miles de individuos que asaltaban a los viandantes armados con sonoras campanas y les lanzan consignas subversivas (¡Oh, Oh, Oh!) mientras intentaban camuflar su identidad con un disfraz rojo y una barba postiza blanca que cubría su rostro e impedía su reconocimiento. Y un comando especial de la plantilla de auxiliares de vuelo de Iberia detuvo a Rudolph , el reno, apenas tomó tierra en el aeropuerto de Barajas por pilotar el trineo bajo los efectos del alcohol ya que presentaba evidentes síntomas de embriaguez (era incapaz de repetir “Pablito clavó un clavito, ¿qué clavito clavó Pablito?” y llevaba la nariz roja).
      En Nochebuena, miles de adultos fueron multados por eructar o lanza a la atmósfera gases invernaderos por vía anal durante la emisión del discurso de SM el Rey y los bebés que hicieron popó se quedaron sin postre aquella noche. Además, fueron sacrificadas más de cincuenta mil mascotas que emitieron algún sonido irreverente (ladrido, maullido, ronroneo, gorjeo…) mientras sonaba el himno nacional.
     Todos los vigilantes de parking del país desplegaron una operación conjunta el último día del año para atrapar y multar a los energúmenos que abarrotaban las plazas públicas alrededor de las doce de la noche, por asistir a concentraciones previamente no comunicadas y por lo tanto no autorizadas por la Delegación del Gobierno. En Madrid, la alcaldesa estrenó el camión antidisturbios con cañón de agua para dispersar al gentío de la Puerta del Sol lanzando por su cañón relaxing café con leche. Y miembros del CACA (Cuerpo de Agentes Controladores de Accesos) repartidos por todos los cotillones celebrados en nuestra piel de toro, multaron a cientos de individuos que enmascaraban su identidad disfrazados con antifaces, gorros ridículos y narices con bigote postizo mientras ejecutaban todo tipo de conductas sospechosas en los tiempos actuales: sonreír, cantar, abrazarse…
     En toda España, miles de inmigrantes ilegales disfrazados de Reyes Magos fueron  arrestados durante la cabalgata del día cinco de enero por comandos especiales de revisores de la RENFE para ser repatriados en tren a sus países de origen. La cabalgadura del rey Melchor fue detenida en Madrid acusada de tráfico de drogas ( el aspecto del animal despertó las sospechas de los avispados guardias jurados del zoo y, tras un largo interrogatorio, el facineroso bicho terminó confesando ser un camello). En Barcelona, los niños de la Escolanía de Montserrat multaron con 3000 euros a un grupo de padres que hacían fotos impunemente a sus niños junto a las carrozas reales cuando la cabalgata pasaba frente a un edificio oficial de la Generalitat y les obligaron a borrar las imágenes. Todos los pajes de la cabalgata de Valencia -muy probablemente manteros disfrazados- fueron dispersados a garrotazos por una cuadrilla de respetuosos controladores de obra gitanos cuando la comitiva real pasaba por delante de un edificio en obras del casco histórico. Además, les fue requisada la mercancía –supuestamente copias ilícitas de gran calidad de juguetes de marca- para que los churumbeles de los controladores comprobaran fehacientemente la legalidad de las copias jugando con ellas en chabolas y descampados.
     Pero no hay mal que cien años dure. Pasadas las fiestas, volvió la Liga y la Champions. Con el primer partido, remitió la violencia del populacho y regresaron las pacíficas manifestaciones culturales de los hinchas de los equipos de fútbol. Todo legal y ordenado gracias a la autorización administrativa concedida por la Delegación del Gobierno para toda la temporada: cada seguidor podía romper un escaparate, lanzar cariñosamente cien botellas de vidrio a la policía y quemar un máximo dos contenedores de basura por partido. Y, cada semana, la misma apacible rutina. De nuevo los hombres de buena voluntad podían disfrutar de su paz.
  

FELICES FIESTAS

miércoles, 20 de noviembre de 2013

GRACIAS POR LA CORNAMENTA, PARIENTA.


     Mi vida estaba estancada. Pese a haber terminado la carrera de informática, seguía currando de administrativo en la misma oficina del supermercado al que entré a trabajar cuando aún estaba estudiando. Era un empleo sin futuro en el que no me realizaba, pero me agotaba sólo de pensar en el esfuerzo que me supondría ponerme a buscar otro mejor. Algo parecido ocurría con mi matrimonio, al que llegué después de casarme con una cajera del mismo supermercado que fue la primera novia que tuve en mi vida. La pasión se había consumido hacía mucho tiempo y ya no recordaba la última vez que habíamos hecho el amor. De manera que dedicaba el tiempo libre que me dejaba el trabajo y las tareas del hogar, que debía realizar para no enzarzarme en extenuantes discusiones con mi mujer, a jugar con la videoconsola en el sofá del salón, lo que me permitían llevar una excitante vida virtual sin quemar ni una caloría ni sufrir estrés psíquico. Hasta que un día otoñal mi mujer se plantó ante mí y me dijo: “Fernando, te dejo. Me he liado con Manolo y me voy a vivir con él”. Manolo, el señor Manuel para mí, era el dueño del supermercado en el que trabajábamos. 
     Mi primera reacción fue de rabia por la traición y odio hacia los adúlteros. Pero estos sentimientos tan negativos cansan mucho, así que al cabo de un par de horitas se me pasó el enfado y me puse a jugar a Call of Duty. Ya me había recuperado de la cornamenta cuando, apenas unas semana más tarde, el señor Manuel me despidió. “Lo hago por ti. Para evitarte el sufrimiento de vernos juntos todos los días”, me dijo con carita de pena. Tras una agotadora hora de mala hostia, estaba al borde de la extenuación así que me olvidé del asunto y me puse a jugar a Tomb Raider.
     A pesar de que Dios me había bendecido con la infertilidad y no teníamos hijos, mi ex se quedó con nuestro piso. Y, como el subsidio del paro no me daba para un alquiler, tuve que irme a vivir con mis padres. Fue genial. Entonces me di cuenta de la suerte que había tenido. Fue como volver a ser adolescente. Ropa limpia, guisos caseros, palabras cariñosas… de todo se encargaban ellos. Nada que ver con el matrimonio. Como encontrar trabajo estaba tan mal, no tenía que hacer nada en todo el día y pasaba largas sesiones en el sofá jugando son mi PlayStation. Fue entonces cuando me enganche al Splinter Cell , el mejor videojuego de espías del mercado, y me metí en la piel de Sam Fisher, el agente encargado de detener a los terroristas del juego. Así pasé un par de meses. En el centro del  sofá quedó marcada la forma de mi abundante anatomía. Era un molde que actuaba como un agujero negro y engullía cualquier persona que tuviese la osadía de sentarse a ambos lados del sofá (mis padres). 
     Un día mis progenitores, hartos de ser abducidos por el sofá, decidieron estimular mi espíritu emprendedor (me amenazaron con que si no levantaba mi gordo culo del sofá y me realizaba trabajando antes de un mes, dejaría de alojarme bajo su techo). Estábamos cenando y en la tele daban las noticias. El ultimátum me dolió mucho. Encima que les hacía compañía y cuidaba de ellos… La rabia me duró todo el tiempo que Matías Prats empleó en presentar el asunto del espionaje masivo de los servicios secretos americanos a ciudadanos de nuestro país.
     Aquella misma noche, nació mi empresa: la CNI (Compañía de Nuevas Identidades). Durante los días siguientes dediqué todo mi tiempo y mi esfuerzo a poner en marcha el negocio. Conté para ello con la inestimable colaboración de mi ex mujer y el señor Manuel, que fueron piezas clave para probar la eficacia y eficiencia de los productos desarrollado por CNI.     
     Conectándome a Internet en locutorios de paquistaníes repartidos por toda la ciudad, elaboré dos perfiles completos para utilizarlos en Facebook, Twiter, Myspace y Tuenti con los nombres de SALIB AL JALAR y FATIMA EL CHICHI y les coloqué una foto retocada con photoshop de mi ex jefe, en la que aparecía con barba larga y chilaba, y otra de mi ex mujer con velo islámico. Les puse la dirección de la casa en la que residían los dos, que eran aficionados a la lectura del corán, que habían visitado Pakistán, Afganistán, Arabia Saudita , Irak, Siria y Líbano, que no les gustaba la televisión, la música ni el cine occidentales, y que les interesaba la oración del amanecer.
     También abrí varias cuentas de correo electrónico en distintos servidores a nombre de estas nuevas identidades a las que después enviaba mensajes desde otras cuentas inventadas. Después establecí un intercambio de mensajes en las redes sociales y una correspondencia ficticia por email en la que procuraba que apareciesen las palabras clave: bomba, Hamas, ataque, suicida, paraíso, infieles, Al Qaeda, explosión, mártires, radiación, gas venenoso, ántrax, policía, milicia, resistencia, Chechenia, Afganistán, demonio, nuclear, secuestro, rehenes, inmolarse mola…
     Pasadas unas semanas, en las que realicé un seguimiento minucioso de los movimientos de la pareja de adúlteros, hice que los mensajes que se intercambiaban AL JAR y EL CHICHI con sus ficticios compinches mencionara la realización de una acción inminente de castigo al infiel americano atacando uno de sus iconos: un restaurante de McDonals. Concreté el lugar: el atentado sería contra el McAuto de mi ciudad, al que acudían el señor Manuel y mi ex todos los viernes después de cerrar el supermercado para recoger su cena, y la fecha: el último viernes de noviembre. Y esperé.
     Ya ha pasado una semana de la fecha señalada y la parejita ha desaparecido sin dejar rastro. Nadie sabe dónde se encuentran, pero yo creo que están disfrutando de unas merecidas vacaciones con todos los gastos pagados en hotelito romántico de Alcalá-Meco, El Puerto de Santamaría o Navalcarnero. En el mejor de los casos, puede que estén gozando del magnífico clima del Caribe, concretamente en Guantánamo. Ellos se lo merecen, nunca nadie hizo tanto por mí.
     Gracias a una agresiva campaña de marketing Internet, creé unas mil identidades falsas que recomiendan nuestros servicios a todos sus amigos en la red, la CNI comienza a recibir encargos, sobre todo de políticos. Me paso el día trabajando de locutorio en locutorio, he bajado de los cien kilos, el sofá ha recuperado su forma original y mis padres han dejado de acosarme.
     Así que ya saben, amigos cornudos y cornudas, sin apenas esfuerzo y por muy poco dinero podrán recompensar adecuadamente a sus infieles parejas. Sólo tienen que enviarnos un email a:  astadosagradecidos@gmail.com

lunes, 28 de octubre de 2013

EL INFORME PISA ESTÁ EQUIVOCADO

EL MUDO
Redacción, 20 de octubre del 2013

Hace unos días conocimos los detalles del informe PISA en el que se asegura que los adultos españoles están a la cola de los países de la OCDE en comprensión lectora y matemáticas. Pero, tras un sesudo trabajo deductivo, el equipo de redactores de este periódico ha llegado a la conclusión de que los resultados de este estudio son erróneos.

     La afirmación de nuestros analistas está basada en una serie de evidencias que demuestran, de forma irrefutable, que los españoles somos tan espabilados para las letras y las cuentas como los habitantes de cualquier país desarrollado.
     De no ser así, al leer la noticia de que se recortará el dinero dedicado a Educación y Sanidad y se aumentará la asignación a los partidos políticos en los Presupuestos del Estado del año que viene para mejorar el bienestar de los ciudadanos de nuestro país, no la habríamos entendido. Pero los españoles hemos comprendido que lo que quiere el Gobierno es que, en vez de perder nuestro tiempo estudiando carreras universitarias sin salida laboral (hoy en día, todas), lo empleemos en aprender de los profesionales de la política, que viven holgadamente sin dar un palo al agua en toda su vida. También sabemos que cerrar los infestos hospitales públicos es la mejor manera de librarnos de enfermedades y afecciones fatales para nuestra salud, ya que en los centros médicos los virus y las bacterias campan por sus respetos.
     Sin una buena comprensión lectora, los españolitos tampoco habríamos captado el significado de las palabras de la señora Cospedal cuando leímos en la prensa que Bárcenas había recibido una indemnización en diferido en forma de salario simulado. Estaba diciendo lo mismo que dice un empresario cualquiera de nuestro país cuando manda al paro a un trabajador y le abona una indemnización simulada por la aplicación en diferido de la Reforma Laboral. O que cuando nuestros jóvenes leen un anuncio en el periódico solicitando un responsable de logística en el sector turístico para el área mediterránea con remuneración fija más incentivos y horario continuado, saben perfectamente que es una oferta para trabajar de camarero en un chiringuito de playa cobrando trescientos euros más propinas con una jornada continuada de dieciséis horas al día.
      También se evidenció nuestra competencia al interpretar las declaraciones de Rajoy en las que aseguraba que el Gobierno había rescatado la Banca con dinero público para garantizar la solidez del sistema bancario español y provocar la fluidez del crédito. Los españoles supimos que lo que quería decir era que, gracias al dinero de todos, los sueldos de los directivos de las entidades rescatadas serían sólidos (es la forma más eficaz de saciar sus ansias de lucro y evitar más robos a las entidades quebradas) y se provocaría la fluidez del préstamo: la mitad de los españoles tienen que prestar su casa a algún pariente desahuciado para que no termine en la calle o prestar ayuda a sus mayores arruinados por las preferentes para que puedan pagar sus medicinas. Lo mismo nos ocurrió al leer las declaraciones del Ministro de Economía vaticinando la mejora de nuestro bienestar por la progresión geométrica del PIB, las infalibles previsiones del FMI y el BCE, la evolución alcista del IBEX, la sostenible contención del IPC y el incremento negativo del EURIBOR. O sea, que gracias a nuestra primera posición en la infalible clasificación de la UEFA y la FIFA, y a la cotización alcista de los deportistas españoles en la ATP, la FIA, el COI y la NBA, los ciudadanos tenemos asegurado el incremento de la actividad televisiva y la progresión geométrica de nuestro relajo cerebral, lo que redundará en un mayor bienestar para todos.
     Y, si ojeamos un artículo sobre la exigencia de las compañías eléctricas al Gobierno para incrementar el precio de la luz porque están sufriendo un enorme déficit tarifario, los españoles entendemos perfectamente que, como hace poco viento en Tarifa para producir energía eólica, las pobres eléctricas se ven obligadas a inflar el importe de la factura. Lo mismo sucede cuando las petroleras niegan que no exista la libre competencia; comprendemos que en nuestro país no son libres para no competir y todas no se ven obligadas a no disminuir el precio de los combustibles en contra de su no deseo.
     En lo que se refiere a las matemáticas, todos echamos cálculos cuando Rajoy dice que, debido al incremento en la esperanza de vida, tiene que reformar el sistema público de pensiones para hacerlo sostenible y mejorar la calidad de vida del futuro perceptor. Serán precisos 40 años cotizados para cobrar el 100% de la pensión. Si comenzamos a trabajar a los 30 (por el elevado paro juvenil) y encadenamos contratos temporales por una cuantía de 3 meses al año (en el chiringuito de la playa), los trabajadores españoles tendremos una esperanza de vida de unos 270 años y gozaremos de una salud de hierro (en toda nuestra vida laboral no cogeremos ni una baja médica y así no nos despedirán del trabajo). Así ,gracias al Gobierno, tendremos una calidad de vida que será la envidia de los asalariados alemanes.
     Si no supiéramos de cuentas, tampoco entenderíamos lo dice el sr. De Guindos cuando asegura que la  desaceleración del ritmo de aumento en la destrucción de empleo mejorará las perspectivas del subempleo subyacente. Es decir, que si ahora ¼ de los españoles en edad de trabajar no puede hacerlo, este porcentaje se incrementará negativamente hasta un deseable 3/2 del total de la población activa en la economía sumergida o un 4/3 de los trabajadores pasivos en la economía emergida. Por lo que muy pronto seremos la primera economía del planeta en la fabricación de submarinos (5/1 de la producción mundial).
     Gracias a nuestro talento para los números sabemos lo que los empresarios quieren decir cuando hablan de que la contención salarial disparará la productividad de la economía española provocando mayor felicidad neta a los trabajadores. O sea, que si ganas 800 euros, te bajan el sueldo a la mitad (te quitan 300 euros) y tienes que sacar adelante a los tuyos con los otros 450 euros, aumentará la productividad de tu economía porque con esos 250 euros menos tendrás que comprar más productos para llegar a fin de mes. Esto obligará a todos los miembros de la familia a realizar actividades conjuntas (ducha semanal en común, paseos diarios hasta los cubos de basura, ágapes familiares en el comedor de Cáritas…) para ahorrar los otros 150 euros hasta el total de los 750 euros de tu  anterior sueldo. Y ya se sabe: familia que ahorra unida, familia feliz y pulida.
     Todos los españoles comprendemos que si se nos informa de que la probabilidad de que SM el Rey termine por los suelos en un desplazamiento a pie es del 100%, se nos está diciendo que es mejor que Don Juan Carlos permanezca tumbado porque la probabilidad de que se caiga es mucho menor, alrededor del 160%, y evitar que vaya a cazar elefantes ya que se dispara este índice hasta el 20%. También sabemos que la probabilidad de un ciudadano de ahorrar 25 millones de euros trabajando honradamente es aproximadamente del 98%, pero este porcentaje es mucho menor, alrededor del 0’1%, si tienes la desgracia de ser tesorero del PP, sindicalista andaluz, dirigente político o banquero. Es como la Lotería Nacional: la probabilidad de que te toque el gordo si eres presidente de la Diputación de Castellón es de apenas el 99,99%, sensiblemente menor que si no desempeñas ningún cargo público en la Comunidad Valenciana en cuyo caso se eleva hasta el  0,00000001%.
     En conclusión, resulta evidente que el informe PISA está plagado de errores; lo que se explica porque los autores del estudio, nórdicos amargados por el rigor del clima y el alcoholismo o japoneses resentidos por la falta de vacaciones y la represión de sus emociones, no comprenden nuestra idiosincrasia y nos juzgan con criterios contaminados por los prejuicios y la envidia.

lunes, 7 de octubre de 2013

AVE FÉLIX (CUENTO RECICLADO)


                                          
     Siempre fui un convencido practicante de la economía del consumismo. Tenía mis razones. Me sobraba el dinero, vivía solo en mi ático de soltero, tenía un A 3 y un Mac. Ganaba un buen sueldo trabajando de informático en una multinacional y no veía la necesidad de gastar tiempo y esfuerzo para reutilizar cosas viejas cuando podía comprarme lo que quisiera completamente nuevo. No me apetecía bajar con la basura en veinte bolsas diferentes y pasear por todo el barrio como si fuera un mendigo para llegar hasta los contenedores de colores situados donde Cristo perdió el gorro. Además, estaba harto de que los políticos me bombardeasen a todas horas con mensajes alarmistas apelando a la responsabilidad ecológica. Como si el planeta se fuera a morir al día siguiente y yo fuera el único responsable.
     Pero todo aquello pasó a mejor vida cuando me enamoré de Renata. La que luego sería mi esposa era una fanática del reciclaje y yo me dejaba llevar por su entusiasmo sostenible para conseguir su amor. Así fue como me enteré de de la sorprendente muerte del obispo de Mondoñedo. Renata había decretado que debíamos reutilizar las hojas del periódico cortadas a un tamaño adecuado para limpiarnos a modo de papel higiénico. Una bochornosa tarde de agosto, se levantó de la siesta y se fue al baño. Cuando regresó al dormitorio, estaba cariñosa y nos pusimos a practicar el 69. Entonces me encontré con la noticia impresa en las nalgas de mi novia y no me pude resistir a enterarme de los detalles del óbito, lo que me acarreó la consiguiente bronca de mi pareja por la pasusa amatoria.
     Mi novia también me hizo ver la luz, con su método sostenible de gestión de residuos orgánicos. Una parte de los desechos producidos en la casa se dedicaban a la producción de energía tras un periodo de putrefacción en un depósito que canalizaba el metano resultante a la instalación del gas. La producción era suficiente para hacer que funcionara la cocina, la calefacción de la casa y para alimentar unos faroles de gas que llenaban de claridad nuestro nidito de amor. Otra parte de los residuos orgánicos se empleaban para la producción de composta, una especie de estiércol casero con el que abonábamos nuestro huerto urbano y ecológico, instalado en la terraza del ático, cuyos productos constituían la base de mi alimentación.
     También aprendí en aquellos tiempos a refinar mis gustos ornamentales. Descubrí la decoración sostenible, mucho más cálido que el frío estilo sueco del Ikea que había gobernado mi vida de soltero. Mi salón se convirtió en un alegre arco iris cuando instalamos en el salón diez contendores, diez, de diferentes colores para realizar una recogida selectiva de basura. Verde: vidrio, azul: cartón…
     Todas aquellas innovaciones ecológicas hacían que fluyera en el ambiente un olorcillo de lo más sano para el planeta, pero fatal para la pituitaria humana. El problema lo solucionó Renata de forma sostenible, sólo había que sostener una pinza en la nariz durante la permanencia en el piso.
     Nuestro noviazgo terminó su vida útil cuando Renata se quedó embarazada incomprensiblemente: usábamos condón en cada una de nuestros encuentros sexuales. Quizás tuvo algo que ver que, por iniciativa de mi novia, reutilizábamos los preservativos –tras lavarlos y tenderlos al sol en la terraza- unas veinte veces antes de depositarlos en el cubo de basura amarillo.
     Después de la boda todo cambió. Renata se recicló profesionalmente: dejó su trabajo para dedicar todas sus energías a nuestro matrimonio. Pero abrumada por el elevado consumo de productos nocivos para el medio ambiente que requería la realización de la  limpieza del hogar, dejó de hacerla. Lo mismo ocurrió con la colada, de la que terminé encargándome coincidiendo con mi ducha del sábado para ahorrarle al planeta agua, energía y jabón. Sin embargo, en la cocina mi mujer demostró una creatividad poco común: reciclaba el aceite de la sartén para otros guisos posteriores. De manera que se ganaba sabor y de paso no contaminábamos con sustancias tóxicas el medio ambiente. Así nació una innovadora cocina de autor en la que la sepia sabía a bistec y las lentejas olían a pastel de chocolate. Hasta que decidí ocuparme de cocinar de la forma más sostenible posible para mi delicado estómago. Orientado por mi esposa, también me reciclé eliminando el consumo de cervezas con mis amigos en el bar (empezamos a fabricar nuestro propio vino ecológico a partir de los restos de la fruta convenientemente fermentados en el cubo de la fregona) y renunciando al Canal + y a mi suscripción de La Vanguardia. Todo para reducir la producción de residuos.
     Al principio yo accedía a aquellas limitaciones de mala gana, pero con la llegada de nuestro bebé me conciencié de la necesidad de reciclar. Así lavaba con mucho gusto sus pañales de tela (los de papel son un atentado contra nuestros bosques)  cada día en mi ducha matinal, a la vez que hacía lo propio con la vajilla usada el día anterior, pensando que esa era la manera de dejar un planeta en buen estado a mi retoño.
     Pasó el tiempo y mi mujer, que era enemiga de reciclar las calorías mediante el ejercicio, fue acumulando grasas en toda su anatomía. De manera que su figura dejó de ser sostenible y decidimos invertir todo el dinero que habíamos ahorrado en los años de de guerra al consumismo en reciclar su físico por medio de una liposucción y, ya metidos en quirófano, aumentar unas tallas su pecho. La operación fue un éxito redondo. Renata tenía un aspecto radiante y con las grasas que le extrajeron tuvimos materia prima con la que fabricar jabón ecológico para todo un año.
     Pero un día se plantó ante mí cuando regresé del trabajo, se quitó la pinza de la nariz y me dijo: “Te dejo, Félix. He conocido a otro hombre y me he enamorado…” Mi mujer había abandonado la cultura del reciclaje y abrazado la filosofía del usar y tirar: me usó para sus propósitos y me dejó tirado por un monitor de su gimnasio que parecía un armario y hablaba como un armario. 
     Caí en una profunda depresión que me llevó a intentar suicidarme ingiriendo dos cajas de antidepresivos con abundante alcohol. Pero como el vino de elaboración casera  estaba en mal estado, a causa del descuido de la producción en aquellos días aciagos, mi organismo no pudo soportarlo y terminé vomitando los tóxicos en el contenedor rojo (desechos peligrosos). La experiencia me dejó una úlcera galopante en el estómago que hizo que no me quedaran ganas de volver a quitarme la vida.
     Con el divorcio, mi exmujer se quedó con mis últimos caprichos consumistas: el ático, el Audi y el Mac. Además le tengo que pagar una pensión compensatoria a ella y otra alimenticia para el niño. Y como me despidieron del trabajo por coger la baja laboral por depresión, con el subsidio del paro apenas me llegaba para alquilar una habitación en un piso compartido con una docena de paquistaníes.
     Pero no le guardo ningún rencor a Renata. He pasado página y me he reintroducido en el ciclo de la vida. He resurgido de mis cenizas como el ave fénix. Me he sometido a un proceso de reciclaje emocional que me evitará futuros desengaños para el resto de mis días. Ahora disfruto del amor fiel de Angelina, un maniquí viejo que recogí de un contendor de basura de El Corte Inglés. Le coloco en la cabeza la foto de mi actriz favorita del momento, reciclada de una revista del corazón, y le incorporo en la entrepierna una hortaliza alargada de las cosechadas en nuestro huerto vertical, ubicado en las paredes del patio interior del piso, que, al final de su vida útil, reutilizo para alimentar a nuestros pollos en la granja ecológica del balcón. Así puedo cumplir el sueño de todo hombre: cambiar de amante cada noche con solo cambiar la foto del maniquí.
     También me he sometido a un reciclaje cultural gracias al aprendizaje de un nuevo idioma, el urdu, y al conocimiento de los secretos de la cocina pakistaní que me han proporcionado mis compañeros de piso. Otro tanto ha sucedido con mi estética. Me he librado de la tiranía del traje que me tanto me angustiaba cuando tenía que ir a la oficina. Ahora visto informal, como siempre había deseado y me paso el día en bañador y camiseta, que es la única ropa que tengo. Por fin puedo llevar el pelo largo, como a mí me gusta, y al estilo rasta, que es el más ecológico porque no hace falta lavarlo.
     Además me he sometido a un profundo reciclaje profesional. Me he convertido en un emprendedor. He creado una empresa, ECOFOOD, de la que soy dueño. Un negocio de comida ecológica a domicilio especializado en cocina asiática que proporciona empleo a mis compañeros de piso. Es un negocio redondo y sostenible: materia prima gratis (residuos orgánicos de comida con fecha de caducidad inminente, siempre cumpliendo los criterios de higiene alimentaria de Arias Cañete, obtenidos por mis empleados  durante su recorrido diario por los supermercados de la ciudad a la hora del cierre) que mis cocineros transforman en deliciosos shwarma, faláfel y durum deconstruidos; conexión wi-fi gratuita (gracias a la gentileza del bar de la esquina); escaso gasto en combustible (el reparto lo realizan mis chicos en bicicleta) y administración eficiente (para gestionar los pedidos utilizo un  PC reciclado que monté a partir de los restos de varios ordenadores encontrados en la basura).
     La cosa va tan bien que he hecho una incursión en el mundo de la moda con la puesta en marcha de un negocio que empieza a andar con buen pie: ECOFOOT. Una empresa de  venta a domicilio de sandalias ecológicas que mis operarios elaboran, bajo mi atenta supervisión,  a partir de neumáticos usados y retales de ropa vieja rescatados de vertederos y contenedores. Y todo ello sin apenas contaminar ya que tanto los talleres como los almacenes se ubican en nuestro domicilio.

     Así que tengo una vida amorosa plena, vivo como quiero y me estoy enriqueciendo a marchas forzadas mientras cuido nuestro planeta. Y todo se lo debo a mi ex. 

jueves, 12 de septiembre de 2013

EL CONFLICTO DE GIBRALTAR: LO QUE NO NOS CUENTAN


EL MUDO
Redacción, 12 de septiembre del 2013

     El conflicto diplomático que ha estallado este verano por los bloques de hormigón que el gobierno de Gibraltar lanzó al fondo del mar para impedir faenar a los pescadores de la bahía de Algeciras ha disparado las especulaciones y algunos conspiracionistas han querido ver en este enfrentamiento una cortina de humo para desviar la atención pública de los escándalos de corrupción del partido del gobierno español. Nada más lejos de la realidad. No hay ninguna confabulación del PP, la explicación al fenómeno es mucho más sencilla, tal como han descubierto nuestros periodistas.
     La dirección de El Mudo envió a la zona un equipo de investigación integrado por nuestros mejores reporteros que, tras varias semanas de trabajar in situ, han recogido una serie de valiosas informaciones que nos permiten entender las causas que desencadenaron el conflicto y todas sus ramificaciones. A continuación les exponemos los asombrosos descubrimientos realizados por nuestros investigadores con riesgo de su integridad física y moral:
     La primera información relevante, obtenida después de que uno de nuestros reporteros se hiciera pasar por el reponedor de rebujito en la sede de la empresa telefónica que da servicio a la Administración gibraltareña y lograse una copia de las facturas detalladas de Fabian Picardo, es que el ministro principal de la Roca habría mantenido desde hace meses largas comunicaciones con una línea 800, que tras algunas indagaciones resultó ser el número de la consulta de videncia del estelar Carlos Jesús, por lo que habría hecho que el importe de sus facturas telefónicas fuera astronómico.
     Después de mantener entrevistas con numerosos colegas gibraltareños, hemos averiguado que han sido detectadas una docena de visitas a Gibraltar a lo largo de este año de un ente muy parecido a Camila Parker que andaba como un pingüino y dejaba tras de si un burbujeante rastro de líquido verdoso. La supuesta Camila habría sido cazada paseando en actitud cariñosa con Picardo por varios paparazzi locales y los tabloides de Londres iban a publicar la noticia del esperpéntico idilio, pero las ediciones fueron secuestradas alegando el interés nacional por el gobierno de Su Majestad.
     Tras presentarse en el despacho del ministro principal con la excusa de ser la nueva becaria experta en Disciplina Inglesa vestida con traje de cuero muy ajustado, Marina (en realidad becaria de cuarto año en nuestra redacción) descubrió sobre la mesa del pícaro Picardo una abultada carpeta con el título “Sun Sistem Vegas”. Tras atar, amordazar y vendar los ojos al niño malo, la joven ama consiguió, entre latigazo y latigazo en el culete del ministro principal, fotografiar varios documentos relevantes entre los que se encuentran los millonarios contratos firmados con Rappel, para que se encargue de la dirección de doscientos casinos que se construirán en el futuro complejo de ocio ubicado en la Roca; con Aramís Fuster, que como experta conocedora de todo tipo de camas se encargará de la dirección de los tres mil hoteles que se levantarán; y con Paco Porras que será el jefe de restauración de todo el complejo por su profundo conocimiento del mundo vegetal (parece ser que se espera que todos los clientes sean vegetarianos). También halló una solicitud al MI6  para contar con los espectaculares servicios del agente 007 para la inauguración de Sun Sistem Vegas y otra a la Casa Real Británica para asegurarse la presencia del popular príncipe Harry en el evento previsto para el próximo año. Además, había un memorandum donde se contempla la contratación futura de actuaciones de otra galaxia para los casinos: Lady Gaga, El Circo del Sol, Carmen de Mairena…
     Adentrándose en los bajos fondos, un reportero de nuestro diario ha interrogado a los doce mil contrabandistas de tabaco que operan en el Peñón y ha averiguado que los llanitos pronto dejarán de  revender el tabaco en nuestro país, porque, según ha manifestado un contrabandista gibraltareño apodado “el Malrboro”, que desea permanecer en el anonimato:  “Yastamo jartos de nos mire ercose la guardiasiví, digo. Menos ma que el Foyardo vasé una de casino que paqué y vendrán muso marsiano pa fumá porque en su planeta lo tien prohibió. La de libras que les vamos a sacá, quillo…”
     En un trabajo concienzudo, mediante el seguimiento de todos y cada uno de los monos del Peñón, hemos detectado movimientos extraños en estos simpáticos primates. Todos ellos asisten a clases matinales en el colegio Queen Elizabeht para aprender una serie de asignaturas (conversación, urbanidad, risa fácil, puterío fino, etc.) que las habiliten para ejercer de señoritas de compañía en un futuro cercano. Se trata de un curso de reciclaje para que los monos dejen de practicar el onanismo ante los escasos turistas terrícolas y aprendan a relacionarse practicando con unos hombrecillos verdes de pega que parecen sacados de una película de alienígenas.
     Por otro lado, nuestro infiltrado entre el personal de La Moncloa escuchó, mientras limpiaba el retrete presidencial, una conversación en la que Rajoy le explicaba a la Cospe que había pactado con David Cameron una indemnización en diferido por el lanzamiento de los bloques de hormigón, en forma de simulación de la creación de cuatro millones de puestos de trabajo en un complejo turístico gibraltareño al final de la legislatura, de forma que gracias a la gestión del PP se reduciría drásticamente el paro en España.
     En este mismo sentido, han llegado a nuestra redacción unos documentos filtrados del sumario que el juzgado sigue por el caso de los EREs de Andalucía, donde constan la trascripción de varias conversaciones telefónicas mantenidas por el conseguidor de los ERE con Picardo de las que se deduce que existía una avanzada negociación entre el gobierno de Gibraltar y algunos dirigentes de la Junta de Andalucía para que el Peñón creara unas dos mil empresas fantasmas, fabricas de máquinas tragaperras que nunca llegarían a ponerse en marcha, en el campo de Gibraltar y luego despedir a los supuestos trabajadores repartiéndose entre ellos el dinero de los EREs.
     También hemos obtenido informaciones relevantes gracias a los servicios de un hacker informático (el segurata de la redacción) que ha logrado penetrar en el ordenador de Carlos Jesús y acceder a su correo electrónico. Sorprendentemente, Critofer y Micael mantenían una correspondencia muy fluida con el Duque empalmado y, que según se deduce de sus numerosos emails, habría invertido en el complejo de ocio que supuestamente se va a construir en la Roca unos seis millones de euros libres de impuestos y no descarta fijar allí su residencia en un futuro cercano.
     Finalmente, la aparición de una nueva remesa de papeles de Bárcenas, que el ex tesorero del PP entregó al ilustre director de El Mudo cuando lo visitó en prisión, donde aparece el epígrafe Carlos Jesús (que actuaría como testaferro de Picardo) asociado a una supuesta donación al PP de tres millones de euros para conseguir que no se pusieran trabas administrativas a la venta de arena y material de construcción al Peñón, según manifestó el señor Bárcenas a nuestro insigne director.
     Todas estas informaciones nos levan a concluir que Picardo está construyendo un gran centro ocio interplanetario en el Peñon, al estilo de Las Vegas pero a lo bestia, con varios socios, seguramente empresarios del sector turístico de Raticulín que visitan la Roca disfrados de Camila Parker. El ministro principal está preparando la llegada de una flotilla de platillos volantes con millones de turistas alienígenas procedentes de Ganímedes, Raticulin y otros planetas (donde el juego, el tabaco y el sexo fuera del matrimonio esta prohibido a los hombrecillos verdes). Con toda seguridad, la idea surgió tras conocerse la ubicación de Eurovegas en Madrid y Picardo se puso contacto con los principales empresarios del sector turístico del planeta Raticulín por medio de Carlos Jesús, su embajador en la tierra, sellando así la primera alianza empresarial intergaláctica.
     Esto explicaría que la colonia sea un paraíso fiscal y un importante punto de blanqueo de dinero, pues el gobierno de la Roca necesita una enorme cantidad de capital con que financiar su faraónico proyecto. También se comprende ahora la construcción de la nueva escollera (la primera de unos dos mil futuras) para ubicar los 3000 hoteles, 200 casinos y 500 campos de golf. Los bloques hormigón se habrían lanzado al fondo del mar para que pudieran aparcar las naves extraterrestres dada la escasez de espacio terrestre y no por impedir que los pescadores faenasen y las gabarras cargadas de gasolina que operan en las proximidades del Peñón servirían para abastecer de combustibles a los platillos volantes. Y la prueba más concluyente de todas: la tibia respuesta dada por el presidente Rajoy a las maniobras de Picardo ante la perspectiva de que la creación de cuatro millones de puestos de empleo dispare su popularidad y le permitiría ganar las próximas elecciones.
     Estos son los hechos. No busquemos enrevesadas conspiraciones ni teorías imposibles. Como siempre, la explicación más sencilla es la más probable.

jueves, 1 de agosto de 2013

ME VOY PA’L PUEBLO



     Siempre fui un trotamundos. Comencé a viajar al extranjero cuando era un estudiante y, durante muchos años, pasé mis vacaciones de verano visitando destinos exóticos para conocer pueblos y culturas diferentes. Luego me casé y mis viajes en pareja se circunscribieron a los civilizados países europeos. Y, con la llegada de los niños, renuncié definitivamente a los viajes a destinos pintorescos y a la aventura. Mi única salida anual se redujo al viaje que realizaba junto a mi familia para pasar el mes de agosto en un apartamento en la playa levantina. Hasta que llegó la crisis. Mi mujer se quedó en el paro el año pasado y tuvimos que apretarnos el cinturón, así que decidimos pasar el mes de vacaciones en el pueblo de mis padres. Allí teníamos el viejo caserón familiar a nuestra disposición, de forma que hospedaje nos salía gratis. Y el ambiente sosegado de la vida en el campo era ideal para relajarme del trabajo y para que los niños disfrutasen de unos días de sanas actividades lúdicas en un marco de libertad y contacto con la naturaleza.
     Este verano, repetimos destino. Nos vamos la próxima semana y llevo unos días que apenas he podido dormir de la emoción, como si en vez de a un tranquilo pueblecito aragonés me fuera a una expedición por el Afganistán de los talibanes en compañía de George Bush y el Papa Francisco.
    Todavía tengo frescos los días inolvidables que pasamos el agosto pasado. Regresar al pueblo fue para mí como volver a mi niñez, cuando pasaba los estíos con mis abuelos en aquel villorrio. Lo primero fue el reencuentro con mis orígenes. En el pueblo todo el mundo es pariente y pasamos los primeros días de vacaciones de casa en casa de nuestros familiares, saludando ovinamente a primos, tíos, sobrinos, etc. porque nosotros pertenecemos a la familia de los Corderos (allí todo el mundo tiene apodo). La dinastía de los Corderos se originó cuando mi bisabuelo, el tío Conejo se casó con la tía Culebra. De aquella unión antinatura nació el primer Cordero (mi abuelo). También somos parientes del tío el Soseras (un abuelote de lo más divertido) y la tía Guindillas (una paisana de carácter flemático), de mis primos el Güevos (dueño de una granja avícola) y el Andares (que es cojo y tiene un caminar de lo más insinuante). Además somos familia de Pili la Colonias,  el tío Putero, Perico el Tintorro, y parientes lejanos del carnicero, el tío Caraoveja, y su mujer, la tía Diabla, entre otros.
      También recuperé los sonidos de mi infancia, apelativos cariñosos que mis paisanos mañicos me soltaban como si estuvieran cantando una jota: “argellao, esgangillao, morrudo, ababol…” Todo el mundo en el pueblo parecía sacado de una película de Paco Martínez Soria. Oírlos hablar resultaba tan exótico como escuchar una conversación entre dos aborígenes australianos. Me pasé tres semanas creyendo que cuando mi tía Consuelo me decía si quería “unos peducos pa’no pasar frío en el catre” no se brindaba para tirarse unos cuescos en mi cama y calentarla antes de que yo me fuera a dormir, sino que me estaba ofreciendo unos calcetines para tener los pies calienes. Y, cuando mi tío el Hornero me dijo: “Tu hembra se ha hecho la picha un lío con el Manolo porque es una zaforas”, no me estaba informando de que mi mujer me había puesto los cuernos con un mozo del pueblo porque era una zorra, sólo que se había equivocado al intentar colocar la ordeñadora al toro durante su visita a la granja familiar porque la pobre era muy torpe. Até cabos en el consultorio médico, cuando el médico del pueblo me tradujo el mensaje mientras le proporcionaba un fuerte calmante a mi señora, presa de un ataque de pánico tras quedar impresionada por la airada reacción del toro Manolo.
     Otro de los atractivos de las vacaciones rurales es la vida sana. Decidido  a hacer ejercicio en aquel aire libre de contaminación, salí a pasear por el campo con Lobo, mi perro, a primera hora de la mañana siguiente a nuestra llegada. Apenas nos habíamos alejado un kilómetro de las casas cuando nos envolvió un aroma espeso y  penetrante procedente de las granjas que flanqueaban el camino. El olor era tan intenso que mi pequeño terrier, que hace gala de un exquisito olfato, cayó desplomado cuando apenas llevábamos unos minutos inmersos en la nube tóxica. Cogía al inconsciente Lobo en brazos y corrí al pueblo. Cuando le expliqué al veterinario que el perro se había desmayado porque olía a mierda de cerdo, el paisano me contestó enigmático: “Huele a perricas, ababol”. Y, después de darle a oler unas sales al terrier  para despertarlo, nos despidió afectuosamente: “Hala, a cascala.”
     Aquel episodio me hizo decantarme por un tipo de ejercicio más acorde con el contexto rural: el trabajo en el huerto. Cada tarde, en cuanto cedía el calor, acompañaba a  mi primo el Guindillas hasta un pequeño terreno donde cultivaba todo tipo de hortalizas para consumo propio. Pero mis limitaciones urbanitas me abocaron a una serie de irritantes experiencias con ortigas, tábanos, cardos borriqueros y avispas que me condujeron de nuevo a la consulta del médico del pueblo. El doctor me devolvió a la vida sana con una inyección equina de antihistamínico y litros de amoniaco para las picaduras.
     Cambié de deporte. Animado por mi amigo Perico el Zorro, todo un experto en la caza del conejo, me saqué la licencia de armas y me dispuse a practicar el noble arte de la caza con la vieja escopeta de mi abuelo y la ayuda de mi terrier. En la primera expedición cinegética, todo iba de maravilla hasta que mi amigo disparó a una codorniz que surgió de un rastrojo. El sonido del tiro hizo que Lobo también saliera disparado. Estaba completamente fuera de sí y aullaba como si le estuvieran dando una paliza. No paró hasta que llegó a la casa del pueblo y se metió bajo nuestra cama de matrimonio. Allí permanecía acurrucado todo el día y se ponía a temblar de miedo y a gemir al menor ruido, convencido de que alguien quería atentar contra su vida. El veterinario emitió su diagnostico: “el chucho se ha escogorciao del pasmo”, le pinchó un tranquilizante y le recomendó reposo y actividades no estresantes.
      De manera que dejé el ejercicio físico para mis hijos. Ya se sabe que, al contrario de lo que ocurre en la ciudad,  el pueblo es el medio ideal para que los niños se ejerciten en sus juegos de forma libre y con total seguridad. Apenas había transcurrido una semana cuando el chaval de un vecino vino a buscarme a casa a media tarde. "Tu zagal se ha estozolao y ha dao la pingoleta con la bici, pero ha tenido chorra porque ha caído al fiemo y no se ha hecho ninguna cuquera", me dijo. A partir de aquel día se fueron sucediendo los sanos incidentes: principio de pulmonía de mi niña tras bañarse en el río, descalabro del crío al caer de un manzano, pérdida de dos dientes del chico practicando puenting rural, múltiples heridas inciso-contusas provocadas por el ataque furibundo de unas gallinas cluecas a mi hija… En total, seis visitas con mis criaturas al médico del pueblo y tres viajes al servicio de urgencias del Hospital Provincial.
     Pero aquellos episodios no me quitaban el sueño. Ya se sabe que en el pueblo se duerme mejor que en la ciudad porque no hay ruidos del tráfico, sirenas, camiones de la basura… Los accidentes de mis hijos no me quitaban el sueño porque ya me lo habían quitado otros elementos típicos del mundo rural. De cinco a ocho de la mañana, los gallos de los corrales vecinos a nuestra casa anunciaban la llegada del nuevo día con sus deliciosos cánticos. De ocho a una del mediodía, la megafonía del pueblo difundía los bandos del señor alcalde (que era un tipo muy bandolero y escribía un mínimo de dos al día), los anuncios de los comercios locales (Carnicería Ternasquicos, Frutería de La María; Modas El Cachirulo…), la agenda municipal, los actos programados para las fiestas patronales, los oficios religiosos… Eso sí, los altavoces hacían un descanso de una hora a las once para deleitar a los paisanos con una sesión de pasodobles clásicos. Y, a la hora de ir a dormir por la noche, los aldeanos sacaban sus sillas a la calle y hablaban animadamente mientras tomaban la fresca hasta altas horas de la madrugada. Total, que me pasé las vacaciones en estado catatónico: durante el día apenas me podía mover por el cansancio acumulado, tenía los ojos rojos ocultos por los pesados párpados y el entendimiento nublado por la falta de descanso.
     Hasta que llegaron las fiestas patronales que se celebraban la última semana de agosto. Mi mujer y mi hija se empeñaron en que la pequeña fuera "maja infantil" de las fiestas. Durante dos semanas no dejaron de machacarme hasta que accedí a gastarme casi dos mil euros entre los tres trajes de la dama, cenas, fotos, etc. “Hala, a cascala el presupuesto familiar”.  El niño, me salió más barato. Sólo el precio de los calmantes y antibióticos que hubo que administrarle después de que el primer día de fiestas lo descalabrase el hijo del Avechucho en las cucañas del pueblo. El pobre Lobo terminó  sedado y amarrado con una camisa de fuerza improvisada con dos pantalones de mis hijos, después de que se volviera loco la noche de los fuegos artificiales hasta el punto de intentar suicidarse tirándose por el balcón de nuestra habitación. Y yo, animado por el revuelto de anís y moscatel del desayuno típico del día del patrón, me apunté a correr el encierro con mis amigos. Cuando ellos me dijeron: "¡Coooo! Alamañooooo. Ahivadeahí, pero escapao. Dale a los maripís…" Yo intentaba descifrar el significado de sus palabras mientras ellos se alejaban hacia las vallas. Pero entre el sueño y el alcohol, me hice la picha un lío. En vez de salir esopeteao, me quedé parado como un ababol y la vaquilla me cascó un tozolón en el culo que me hizo dar la pingoleta. Menos mal que era pequeña y apenas tenía cuernos. "De esta vas a salir bien escocido”, me decía el médico mientras me cosía la herida que la vaquilla me había hecho en la nalga derecha. Y es que aquel accidente disparó mi popularidad en el pueblo, hasta el punto de que, durante los días siguientes, todo el mundo me señalaba al pasar y se descojonaba de risa.   
     Sin duda, fueron unas vacaciones inolvidables. Mi mujer y mis hijos lo pasaron en grande. Yo me reencontré con el trotamundos que llevo dentro y conocí una cultura que, aunque cercana, es muy diferente a la urbana en la que me desenvuelvo habitualmente. Volví a sentir la emoción del trotamundos inmerso en un caos constante y que no sabe cómo terminará el día. Y me sentí joven de nuevo. Como me dijo el tío Sentencias: "Rediós, sigues tan estalentao como cuando eras un zagal". ¿Quién me iba a decir que a mi edad iba a correr tantas aventuras? Además, hice un gran amigo: el medico del pueblo. Al final, me sentía completamente integrado en el ambiente rural. Incluso fundé una nueva dinastía: soy el patriarca de los Culorroto. Y los paisanos, que son muy afectuosos, hasta me compusieron una jotica:
Al tío Culorroto
lo ha pillao el toro,
le ha metido el cuerno
por el chirimbolo.

miércoles, 19 de junio de 2013

EL C.S.I. ESTUDIA EL SISTEMA DE PENSIONES ESPAÑOL


EL MUDO
Redacción, 19 de junio de 2013

El Comité de Sabios Ibéricos (CSI) ha realizado un exhaustivo examen de nuestro moribundo Sistema de Pensiones y ha elaborado un decálogo de medidas para hacerlo viable.

     Hace unos días conocimos el informe presentado por el comité de amiguetes del Gobierno para la reforma de nuestro Sistema Público de Pensiones. Este grupo elaboró una serie de propuestas muy alejadas del contexto socioeconómico ibérico y muy cercanas a los intereses de la señora Merkel. Por eso nuestro periódico convocó a otros expertos de reconocido prestigio en el campo de la economía y la Seguridad Social, que además son representativos de los ciudadanos de este país, para diseñar un factor de sostenibilidad de las pensiones acorde con nuestra idiosincrasia. Este Comité de Sabios Ibéricos (CSI) está compuesto por José Luis Torrente, Mortadelo y Filemón, Chiquito de la Calzada, Paquirrín, Pocholo, Belén Esteban, Antonio Recio, Carmen de Mairena, la Vieja’l Visillo y el Luisma. Tras una semana de agotadoras sesiones de trabajo, nuestro grupo de espabilaos ha elaborado un decálogo que recoge sus sugerencias basadas en su profundo conocimiento de la realidad española:    
     1.-Ya estamos con que el pueblo es tonto. Como se metió cosas que no debía, se ha quedao pa’llá y no se entera de lo que significa un simple pago en diferido de la indemnización que se pactó en forma efectivamente de simulación en partes de lo que era una retribución. Me parto y me mondo. ¿De qué estábamos hablando? Ah, sí. Si queremos tener un retiro digno, los españolitos tenemos que escribir unos papeles con nombres de empresas, políticos y cifras de dinero que acojonen al Gobierno para que suelte la gallina en forma diferida de una indemnización de cojones. Es eso o hacerse notario. Doy fe.
     2.-Tú no cuentes ná, que ya lo cuento yo: ¿Te parece que la Presley, la Tita Cervera o la Marina Castaño viven mal? Amos, amos. Anda que no se pegan buena vida. Que tienen retretes por toa la casa y jacuzzi en el corral. Bien callao se lo tenían. Si toas las hembras del país nos pillamos a un gachó con posibles, solucionao el tema de la jubilación. Que algunas parecen lelas. ¡Qué irritación!
     3.-Los ciudadanos tienen que aprender del ejemplo de los grandes presidentes (Aznar, Matas, Fabra, Antonio Recio, etc.), que han sabido forzarse un retiro dorado gracias a su gran preparación intelectual y gestión intachable. Todos los españoles deberían turnarse para estar al frente del Gobierno estatal, autonómico, la Diputación Provincial, Comarca, Comunidad de Vecinos… Basta con que aguanten una legislatura. El que no consiga una jubilación millonaria, será contratado por alguna de las muchas empresas privatizadas y cobrará un sueldo astronómico, o le tocará la lotería de navidad todos los años. Por eso, yo os nombro presidentes in nomine Patris, et Filii´, et Spiritus Cancti. Amén. También pueden levantar un imperio de la nada, pero eso está sólo al alcance de unos pocos mayoristas que no limpian pescado. ¡Qué bueno soy y qué culito tengo!
     4.-¡Ese ERE! ¡Ese ERE! ¡Eh! ¡Eh! ¿Sabes? Sibiligusduz… ¡Ese chófer! ¡Ese chófer! ¡Vámonos de fiestaaaa! Saca la, la, la, mochila… ¡Fiesta! Vivaaaaandalusia. Esa fralopa  fuenaaa…
     5.-Si quieres una jubilación decente, no me la pongas en la frente. Para mejorar la pensión, hay que legalizar la prostitución. Happy barry tu yu, jubilado eres tú. No es lo mismo el cálculo del importe de la prestación que el importe de darme polculo en la estación. Por detrás, cotiza más.
     6.-Hay que pensar a lo grande, chavalotes. Los españolitos tenemos que dejar de ser unos raterillos que sólo engañan a Hacienda y empezar a robar como señores. Aunque te cojan, no entras en el talego y nunca recuperan lo mangao. Tú te pones un traje caro, te lavas los bajos y los sobacos, cambias el Fary por Sinatra en el radiocasete, te falsificas el título de un máster de Canford y que te enchufe algún amiguete corrupto en el consejo de administración de un banco. Es la forma de pillar una buena indemnización que te permita un retiro desahogao, una vez que te pillen y te echen del banco, y a vivir. Sólo hay que fijarse en los exdirectivos de las Cajas rescatadas y en los que han vendido las preferentes a los abuelos. Y a partir de ahora las pajillas nos las hacemos con guante blanco y sin mariconadas.
     7.-La cosa está en buscarse buenos amigos, ¿me entiendes? Mi Andreita se estaba comiendo el pollo cuando leí en el piriodico que un niño llamado el Bigotes había pagao los confetis de la fiesta de cumpleaños de su amiguita, la hija de la Mato. Y yo por mi hija Ma-To, ¿Sabes? Luego me enteré de que también pagaba las fiestas de las bodas, bautizos y funerales de sus amiguitos, así que Andreita ya  le ha solicitao la amistá en el feisbu al Bigotes. Si todos los jubilados españoles se buscan un amiguito como el niño Bigotes, se ahorraran una pasta en todas las celebraciones y hasta les regalarán trajes, bolsos y otros complementos con lo que la pensión les dará para mucho más.
     8.-Fijarse en mostros como Mario Condemor y Díalll Ferrán. Uno que roba en la empresa que va al juzgado y le dice el jues: “devuelve el dinerol, pecadorlll” y el fistro le contesta: “¡Nooorl! Aunque me hagas pupita, yo me quedol con lo robado”. Y cuando sale de la calcel le dice a todos: “hasta luego, Lucas” y se va cabalgando por la pradera a vivir como un cobarde millonario. ¿Te das cuen?
     9.-Tras meses de escuchar con los micrófonos de la TIA las sedes del PP en la Operación Sobre Volador, hemos llegado a la conclusión de que la mejor forma de tener una buena pensión es que cada jubilado se agencie un buen disfraz de buzón de correos y se sitúe en la puerta de la sede de un partido político. Hay que disparar a los políticos con el Transformador Molecular de Chorizos inventado por el doctor Bacterio cuando salgan del edificio, mientras se les grita: “tengo una carta para ti” para que se conviertan en personas decentes y depositen los sobres del partido con los jugosos sobresueldos en el buzón del pensionista.
     10.-Darse cabezazos contra una persiana no sirve para mejorar tu pensión. Enrollarse con una churry de tetas grandes, tampoco. Los tíos listos se buscan una mujer aristogata y ya no pegan un palo al agua en toa su vida. Da igual que sea fea o vieja, cuando quieras seso te vas a la Casa de Campo y yastá. Fijarse en el Alfonso Díes o en los maridos de las infantas. Esos sí que saben vivir. Y si aluego te separas o te excomulga tu suegro, siempre puedes sacar una buena jubilación vendiendo la exclusiva del divorcio a Interviú o contando las intimidades conyugales en Tele 5.

     Este rotativo ha remitido al Ejecutivo este decálogo para que Gobierno y Oposición tomen nota de sus sabias recomendaciones a la hora de pactar la reforma de las pensiones; sólo así conseguiremos que nuestros mayores tengan una VEJEZ (Vida Exenta de Jodiendas Económicas y Zurcidos) digna.

miércoles, 22 de mayo de 2013

A FALTA DE PAN, BUENAS SON MOSCAS


     Soy un parado desesperado, como tantos en nuestro país. Con tres hijos y mujer a mi cargo, se me termina el subsidio del paro el mes que viene. Llevaba unos días considerando la posibilidad de alquilar mi apolíneo cuerpo para uso y disfrute sexual de terceros, cuando vi la noticia en la televisión. Estábamos disfrutando de nuestro menú gourmet de cada noche (sopa de sobre y salchichas de marca blanca del Mercadona) y me atraganté con una Frankfurt de la impresión. Resulta que según un informe publicado por la ONU, la solución para combatir el hambre en el mundo es que los humanos comamos insectos. Resulta que producir bichos tiene un coste muy inferior a criar ganado convencional y los insectos poseen mejores propiedades nutritivas (alto contenido en proteínas, minerales, vitaminas, fibra y L. Casei inmunitas) que las carnes de aves, mamíferos, reptiles, virus y peces.
     Aquello era una señal divina. Justo cuando se me acababa la prestación por desempleo y llegaba el buen tiempo, que es la mejor época de año para que proliferen los bichos. “A falta de pan, buenas son moscas”, le dije a mi mujer y nos pusimos a idear una estrategia combinada que nos permitiera mantener a la familia sin que ninguno de sus miembros hubiera de arrendar el miembro.
     Lo primero fue preparar el piso para convertirlo en una granja-criadero-huerto-matadero de insectos. De manera que acondicionamos un centenar de  banastas recogidas de la basura y garrafas de agua cortadas por la mitad que distribuimos por todas las estancias de la vivienda. En el interior de cada recipiente colocamos el pienso adecuado a la especie a criar (estiércol y césped robado del parque, despojos del contenedor de basura orgánica, hojas en descomposición de los árboles de la calle…) y lo vamos renovando diariamente. Así nos ahorramos el dinero de la compra del pienso. Además, para conseguir una mayor productividad, ningún miembro de la familia se lava y tampoco hacemos la colada para que nuestro olor corporal atraiga a las cucarachas y otros insectos de olfato sensible. Es la forma de renovar el ganado y ahorrarnos una pasta en agua y electricidad. Y como tenemos una nutrida colonia de luciérnagas, no encendemos la luz por la noche. Tampoco gastamos gas natural. Gracias a que cultivamos con gran éxito una gran cantidad de  cigarras pedorras -una variedad sudamericana famosa por su aerofagia crónica- en un terrario hermético y el metano que producen los bichos nos sirve luego para cocinar todos los alimentos. Además, como en todas las camas de la casa tenemos sembrados chinches, si nos entra hambre a mitad de la noche y nos apetece picar algo, no tenemos ni que levantarnos del catre. Es cierto que algunos vecinos tiquismiquis se quejan de los intensos aromas que desprende nuestra vivienda, pero cuando se atreven a importunarnos usamos los panales de avispas que como repelente y santas pascuas.

martes, 23 de abril de 2013

LOS ESCRACHES SON UNA ANIMALADA




EL MUDO,
Tajo Bajo, 23 de abril de 2013
  
     En la tarde de ayer se presentó en la sede del Ilustre Colegio de Veterinarios del Tajo Bajo un manifiesto titulado “Los escraches son una animalada”. En este documento elaborado por los profesionales de la salud animal de la comarca del Tajo Bajo se pone de manifiesto el rechazo frontal de este colectivo al incesante acoso callejero de que son objeto nuestros políticos. Según el escrito hecho público ayer, el escrache es un método demasiado inhumano incluso para los bicharracos que integran la clase política de nuestro país. "No podemos ser tan bestias como ellos son con los ciudadanos a los que gobiernan, pero tampoco podemos quedarnos de brazos cruzados", argumentan los veterinarios. Y se preguntan: ¿Somos hombres o somos ratones?, sembrando la duda en el corazón de este corresponsal, que es un amante apasionado de los quesos.
     Según el manifiesto presentado, el escrache es injusto porque la mayoría de estas alimañas públicas han trabajado con ahínco por el interés común (a todos ellos le interesaba lo mismo: trincar la pasta) y en defensa de nuestra economía (sobre todo de la industria cárnica, disparando la producción de chorizos). Además, muchos de ellos se han entregado a su vocación política con estricta neutralidad (ingresando estrictamente todo lo que han robado en bancos de un país neutral como Suiza) y abnegación (se sacrifican por nosotros y se niegan a dejar sus cargos).

martes, 16 de abril de 2013

ENCUENTROS LITERARIOS DE CALAMOCHA (TERUEL)


El día trece de abril, tuve el honor de participar en uno de los Encuentros Literarios celebrados en la villa de Calamocha (soy el espécimen de la izquierda) junto a Manuel Quiroga Clérigo (centro de la imagen), ganador entre otros del último Concurso de Literatura Epistolar Amorosa de Calamocha. Mi aportación consistió en castigar al personal con una charla titulada "Amor y humor en literatura, un matrimonio de conveniencia",en la que fui enlazando una serie de divagaciones, más o menos serias, sobre los más logrados flechazos, braguetazos y cornamentas que aparecen en las obras de la literatura humoristica.
Agradezco sinceramente a la Sociedad Cultural y Deportiva de Calamocha la oportunidad que me brindó de participar en estas jornadas literarias y les felicito por su empeño en acercar la literatura al pueblo, o a la villa, en estos tiempos tan difíciles para la cultura.
Gracias.

lunes, 25 de marzo de 2013

CONSUMO GUSTO

                                 
      El sábado pasado acudí por primera vez al mercado. Las circunstancias de la vida –por fin he aprobado la oposición a barrendero que llevaba estudiando desde que acabé el bachillerato- y la insistencia de mis progenitores me han hecho volar prematuramente del nido paterno a la tierna edad de cuarenta y dos años. Pasados unos días del traumático desahucio, se me terminaron los víveres sustraídos a mis viejos y traídos a mi nuevo apartamento de alquiler. Seguí los consejos de mi madre y, la tarde del viernes, adquirí el carrito de la compra más grande que tenían en el chino del barrio y elaboré una detallada lista de todo lo que necesitaba. Y, a las diez de la mañana del sábado, cogí mi carro nuevo y salí a la calle dispuesto a descubrir el fascinante mundo del consumo de proximidad.
     Llegué al raído edificio del mercado, subí la rampa de la entrada y accedí al interior de la inmensa nave. Por un instante creí hallarse dentro de un gallinero, y no porque el primer puesto que me topé fuera una pollería-huevería, sino por los estridentes cacareos que constituían el sonido ambiente. Comencé mi expedición consumista en aquella misma parada, que estaba regentada por una exuberante rubia de bote que llevaba un escote auténtico y muy generoso. Mientras esperaba a que sirviera a otra clienta,  me fui calentando por la visión de la pechugona y me puse a sudar como un pollo en una sauna avícola. Cuando la dependienta se inclinó hacia mí para entregarme la docena de huevos que le pedí, un temblor de mil pares de cojones se apoderó de mi cuerpo y no me atreví a coger los huevos por temor a hacerlos tortilla. Todavía estaríamos allí si no me hubiese ayudado otra clienta que agarró mis huevos con decisión y los depositó en el carrito de la compra. A continuación, y aunque no lo había apuntado en mi lista, decidí adquirir también otra docenita, esta vez de pechugas, decisión basada en la calidad del género que mostraba la abertura de la blusa de la dependienta. Esta vez soporté con entereza la tentadora visión cuando me hizo la entrega del pedido gracias a la colaboración de la otra clienta que, al ver que seguía abducido por la atractiva personalidad de la rubia, soltó en voz alta: “Será pavo…”, a lo que yo repliqué sin dejar de mirar los pechos de  la huevera: “¡ No importa. Sea carne de pavo o de pollo, me gustan las dos !” Y sin más incidentes, pagué mi compra y abandoné la pollería hecho un gallito. Era un comienzo prometedor.

lunes, 4 de marzo de 2013

COREOGRAFÍA DE UNA VIRILIDAD INCIERTA


                                         
     Me crié entre las faldas de mi madre. Mi educación quedó por completo en sus manos tras la prematura muerte de mi progenitor. Mientras mis compañeros de colegio jugaban a fútbol y probaban sus fuerzas en  peleas, yo me ejercitaba en el ballet clásico o acompañaba a mi madre a recitales poéticos. Así que no fui consciente de que mi hombría no era convencional hasta que abandoné el nido familiar para incorporarme al servicio militar. Nunca olvidaré los gritos despiadados de aquel sargento chusquero durante mi instrucción : ”Gutiérrez...A ver si damos pasos de hombre que pareces una bailarina rusa... Nenaza.” Las palabras del suboficial me despertaron de mi afeminado sueño materno a la vez que despertaban las masculinas risas de los otros reclutas. Fue entonces cuando comencé a despejar las dudas sobre mi virilidad.
     Comencé a reciclarme. Cambié mi forma de andar. Cada día me colocaba varios pares de calzoncillos hasta que su volumen hacía imposible un mínimo cruce de las piernas que se movían paralelas entre sí como cualquier varón. Ya me estaba acostumbrando cuando comenzaron las primeras calores, con el roce se me irritó la entrepierna y pasé el verano caminando como John Wayne. También prescindí de las mascarillas nutritivas para mi rostro. Cada noche me encerraba en un váter y durante media hora cubría mi rostro de rodajas de pepino. Me excusaba ante mis compañeros diciendo que sufría estreñimiento. Después de cada sesión tiraba los restos pringosos del pepino por la ventana, donde eran devorados por la cabra que era la mascota de nuestro regimiento. Tras unas  semanas de tratamiento, el animal sufrió una descomposición crónica que estuvo a punto de acabar con su vida y el capitán amenazó con pasar por las armas al autor del envenenamiento.
     Abandoné el uso del desodorante. Animado por las reprimendas del sargento que, dotado de un apéndice olfativo excepcional, pasaba revista de axilas al terminar los ejercicios para comprobar el grado de entrega de los soldados. Yo acababa exhausto en cada sesión, pero el sargento no dejaba de amonestarme a voces delante de mis compañeros: "No te esfuerzas Gutiérrez, hueles como un bebé.” Desistí en mi cruzada contra los malos olores. Había comprado dos ambientadores. Uno lo dejé en la pequeña estancia donde dormía con otros tres soldados, escondido debajo de mi litera. Una mañana que me encontraba resfriado, regresé al barracón vacío y sorprendí a la mascota del regimiento cuando devoraba el artilugio atraída  por su color verde y el olor a lavanda fresca. El otro ambientador lo coloqué en el interior del carro de combate que conducía, escondido bajo el asiento. El teniente, alarmado por el extraño tufo que desprendía el tanque, me ordenó llevarlo a los talleres para que le realizaran una revisión completa y  me arrestó por no informar de la avería.

miércoles, 6 de febrero de 2013

ENCUENTRAN UN POLÍTICO HONRADO EN ESPAÑA



EL MUDO
Madrid, 7 de febrero de 2013


El insólito espécimen lleva veinte años ejerciendo de alcalde en una aldea de la Galicia rural sin aceptar sobornos ni meter la mano en la caja del ayuntamiento.

     Increíble, pero cierto. En el último número de la prestigiosa revista Science, aparece publicado el asombroso descubrimiento llevado a cabo por un laureado científico de la Universidad de Camford. El doctor en antropología Indalecio Jones pasó un año completo viviendo en la aldea de O Quinto Pino, situada en una zona remota de las montañas de Lugo, para ganarse la confianza de sus habitantes. Sólo así pudo llevar a cabo el meticuloso estudio que ha culminado con el descubrimiento de Manoliño (nombre del inaudito político que, al frente de una lista independiente, ha sido reelegido cuatro veces como alcalde por sus convecinos gracias a su gestión eficiente y honesta).
A sus 60 primaveras, Manoliño sigue viviendo con su esposa Marusiña en la vieja casa de piedra que heredó de sus padres, se desplaza por el municipio en un tractor John Deere y vive de los ingresos que obtiene de la explotación de veinte vaquiñas y algunos castiñeiros.
Durante su investigación, el doctor Indalecio Jones no ha encontrado en el comportamiento de Manoliño ninguna de las características que concurren en cualquier político español. No es arribista ( a pesar de vivir arriba del monte) ni despilfarra el dinero en el consistorio (excepto cuando se le cae alguna moneda en el ayuntamiento porque se le ha roto el forro de un bolsillo). No sabe qué es el tráfico de influencias, el único tráfico que conoce es el de los tractores de la aldea. Es enemigo de las dietas y come de todo, sobre todo le gusta el lacón con grelos y la empanada que le prepara su Marusiña. En toda su vida, no ha enchufado nada excepto la ordeñadora para vaciar las ubres de sus vaquiñas. Su gestión no es opaca, aunque sí tiene una vecina que se llama Paquiña. Y los únicos pucherazos que conoce son los de caldo galego que le prepara su mujer. 
A pesar de que, durante su estudio, el antropólogo intentó reconducir el comportamiento de Manoliño con varias argucias (entregarle un maletín lleno de dinero para que permitiera construir LugoVegas, poner a su disposición una becaria maciza para que creara una empresa pública en el ayuntamiento y colocara a todos su amiguetes, regalarle trajes caros para que recalificara los mejores prados como terrenos ubrenizables...), el político no cayó en ninguna de sus trampas y rechazó los sobornos. Fue imposible hacerle entrar en razón y, cada vez que el científico le explicaba al aldeano que todos los políticos del país eran corruptos, Manoliño se encogía de hombros y decía: “Bueno, puede que sí o puede que no”.

miércoles, 16 de enero de 2013

EL RATO CON VOTOS

CUENTO POPULAR


    
     Érase una vez un país muy, muy roído, llamado Roenlandia. El presidente de un popular partido político, un ratoncete con bigote, se retiró de la vida pública dejando a su sucesor una ing-rata herencia en forma de rata macho (un Rato) instalada en el desván de su formación política. El Rato era un tipo del ¡Apa, rato! del partido y el heredero, una ratilla con barbilla, se olía que el Rato quería llevarse el gato al agua. 
     Y es que el Rato era un timo-rato (a la que te descuidabas, te timaba) y eso que parecía que el Rato nunca había rato un plato. Ya, cuando estudiaba en los Jesuitas, pasaba tras el Ratoncito Pérez por las habitaciones de los niños y cambiaba las monedas que Pérez les dejaba bajo la almohada por participaciones preferentes del arruinado Banco de las Cloacas. Luego llegó su fallido romance con la Ratita Presumida. Al saber que no podría disponer del patrimonio de su novia tras el matrimonio porque ella le exigía la separación de bienes para casarse, el Rato le dijo que no quería pasar más rato con una rata tan rata y la dejó plantada como a una patata. Y con artes rastreras, como maquillar las cuentas del país con sus piratizaciones (venta de empresas públicas rentables a los pi-ratas privados) para que pareciesen saneadas, llegó a ser muy popular entre los roelandeses.
     De manera que la ratilla con barbilla, sabedor de que el Rato sabía más que los ratones coloraos, quiso deshacerse de él. Pero el Rato se le adelantó y le propuso un t-rato: “Si me rati-ficas como roedor asesor del Banco Ratander y me das tu voto para mandar en Rankia, te prometo que te ayudaré a conseguir los votos necesarios para que seas presidente de Roenlandia”. La propuesta no cayó en saco rato. La ratilla con barbilla aceptó, así que se juntó un Rato con un descosido.