PRESENTACIÓN

LAS PENAS CON HUMOR SON MENOS PENAS

Este es el blog suboficial de PENURIAS EXQUISITAS, mi primera novela. Pero, sobre todo, es un espacio dedicado a la literatura de humor en el sentido más amplio de la expresión. Si un relato entretiene a quien lo lee y le ayuda a olvidarse de sus problemas por unos instantes, bienvenido sea. Aunque en el texto no se realice un alarde estilístico o se haga una brillante reflexión filosófica o futbolística. Como diría un albañil: cuanto más divertida sea una obra, mejor. En palabras de Mariano, el protagonista de esta novela, "Si, además de entretener al sujeto lector, se provoca su hilaridad, se cobran dos volátiles de una detonación."


miércoles, 25 de enero de 2012

CONTRA LA CRISIS, PENURIAS EXQUISITAS


    Funcionario recortado, parado desesperado, asalariado rebajado, persona física en general ¿tus perspectivas para este año son más negras que el sobaco de un minero del carbón? No te desesperes, la cosa puede empeorar mucho más. Mientras tanto, te vamos a dar unas sencillas instrucciones sobre cómo utilizar la novela Penurias Exquisitas para hacer más llevaderos los efectos de la dichosa crisis:
   -Pon en práctica estrategias de ahorro en tu hogar, como hace el protagonista de la novela cuando se queda en números rojos. Aféitate en los lavabos de tu trabajo y utiliza el ambientador de los retretes como desodorante. Procura hacer tus necesidades fisiológicas fuera de tu domicilio. Cambia el baño por la ducha, siempre con agua fría. Utiliza el gel de baño sólo un día a la semana y aprovecha esa ducha para hacer la colada y fregar los platos. Compra únicamente los productos de oferta en el supermercado y, para no tirar nada, congela los alimentos que estén a punto de caducar: yogures, huevos, latas de conserva, etc. No enciendas las luces de tu casa por la noche, aprende a moverte en la oscuridad. En verano, en vez de poner en funcionamiento el aire acondicionado, abre todas las ventanas de tu piso para que corra el aire y, en invierno, olvídate de la calefacción, quédate en la cama tapado con todas las mantas y seres vivos de sangre caliente que tengas por casa y seguro que no pasas frío.
    -Si no te pagan el sueldo o te lo han rebajado, haz lo mismo que la criada de Mariano de la Barriga, el protagonista de la novela, y cóbrate tu salario en especie: llévate a tu casa folios, género de la tienda, ordenadores, macetas, sillas, máquinas del café, la puerta del despacho, el retrete del taller, la secretaria del jefe...
    -Improvisa. Mariano nos enseña cómo, con un poco de imaginación, podemos sobreponernos a las adversidades sin apenas coste económico en el capítulo en el que improvisa una completa gama de juguetes sexuales, que luego usará con su señora, con apenas unas hortalizas, un cepillo eléctrico, un bote de nata y unos Mini Babybel.
    -Sé optimista y busca el lado positivo de las cosas. Fíjate, por ejemplo, en la manera de pensar del protagonista de la novela tras la muerte de su madre: ...su predecesora había fenecido, pero era una persona anciana que, al no poseer todas las facultades psicofísicas propias de la juventud, tenía limitaciones para el disfrute vital. Al fin y a la postre, la que más había salido ganando al fallecer había sido ella misma. Se podía afirmar que su óbito había sido un acto egoísta por el que se había liberado de los sufrimientos de una existencia deteriorada...
Piensa que, tarde o temprano, saldremos de esta, aunque sea en una caja de madera.
    -Abre tu mente a nuevas experiencias, así lo hace Mariano en el capítulo titulado El Venao. Aprende a disfrutar del sexo contranatura porque este año nos van a dar por detrás un día sí y otro también.
    -Acostúmbrate a hablar igual que el protagonista de la novela. Llama sublime creación culinaria de de la campiña Toscana a la mortadela; escudilla de volátiles y cabello de querubín a la sopa de sobre Avecrem; crujiente de tubérculos emulsionados en óleo vegetal a las patatas fritas; ahumado de omnívoro entreverado al beicon; excelsa elaboración cárnico-proteica teutona a las salchichas Frankfurt del Dia, etc.
No dejarás de ser un coprófago, pero te sentirás como un refinado gourmet.
    -Desdramatiza. Haz como Mariano cuando es acusado de meterle mano a una chica en el metro y dice a los viajeros: “No seamos radicales. Mi actitud puede confundirse con el cinismo a los ojos de un observador inexperto, pero únicamente intento cubrir mis necesidades fisiológicas primarias... Les informo de que hay quien realiza estas actividades incluso utilizando sofisticados artilugios para obtener mayor disfrute...
    -Aprende a reírte de ti mismo y nunca te faltarán motivos para reír. Tal como hace Rafael, el amigote de Mariano, cuando confiesa a sus amigos que está muy contento de que su mujer sea gorda y fea porque así sabe que no lo va a dejar por otro hombre.
    -Relativiza. Igual que el protagonista de la novela que, después de pasar el día autocompadeciéndose porque está enfermo, al ver las imágenes de las víctimas de un huracán en el telediario, sonríe y piensa que aquellos andrajosos caribeños estaban en una situación mucho peor que la suya. Al fin y al cabo, él no padecía ninguna patología incurable, tenía un techo bajo el que cobijarse y no pasaba hambre.
    -Actúa de la misma forma que Mariano cuando necesita liquidez y vende parte de tu patrimonio. A falta de palacetes en Pedralbes y yates en Puerto Banús, te recomendamos que te desprendas de la televisión. Sacarás un dinerito extra y te ahorrarás la mala leche que se te pone cada vez que ves el telediario.
    -Convéncete, el dinero no da la felicidad. Tal como afirma Miguelito: “Seguro que los negros de África que se mueren de hambre no tienen ni trastornos, ni ansiedades, ni hostias. Bastante tienen los pobres con buscarse el pan cada día. No tienen tiempo pa comerse el coco. Pero nosotros que vivimos en el primer mundo, y no nos falta de na, estamos siempre deprimidos. ¿Somos hombres o somos nenazas? ¡Coño! A ver si ahora va a resultar que son más listos los negros que nosotros”.

    En definitiva, Penurias Exquisitas es una vaselina literaria. No evita que la crisis te sodomice, pero aplicada convenientemente hace que el acto resulte mucho menos doloroso.

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