EL MUDO
Redacción, 20 de octubre del 2013
Hace unos días
conocimos los detalles del informe PISA en el que se asegura que los adultos
españoles están a la cola de los países de la OCDE en comprensión lectora y matemáticas. Pero,
tras un sesudo trabajo deductivo, el equipo de redactores de este periódico ha
llegado a la conclusión de que los resultados de este estudio son erróneos.
La afirmación de
nuestros analistas está basada en una serie de evidencias que demuestran, de forma irrefutable, que los españoles somos tan espabilados para las letras y las
cuentas como los habitantes de cualquier país desarrollado.
De no ser así, al leer la noticia de que se recortará el dinero dedicado
a Educación y Sanidad y se aumentará la asignación a los partidos políticos en
los Presupuestos del Estado del año que viene para mejorar el bienestar de los
ciudadanos de nuestro país, no la habríamos entendido. Pero los españoles hemos comprendido que lo que quiere el Gobierno es que, en vez de
perder nuestro tiempo estudiando carreras universitarias sin salida laboral (hoy
en día, todas), lo empleemos en aprender de los profesionales de la
política, que viven holgadamente sin dar un palo al agua en toda su vida.
También sabemos que cerrar los infestos hospitales públicos es la mejor manera
de librarnos de enfermedades y afecciones fatales para nuestra salud, ya que en
los centros médicos los virus y las bacterias campan por sus respetos.
Sin una buena
comprensión lectora, los españolitos tampoco habríamos captado el significado
de las palabras de la señora Cospedal cuando leímos en la prensa que Bárcenas había
recibido una indemnización en diferido en forma de salario simulado. Estaba
diciendo lo mismo que dice un empresario cualquiera de nuestro país cuando
manda al paro a un trabajador y le abona una indemnización simulada por la
aplicación en diferido de la Reforma Laboral. O que cuando nuestros jóvenes
leen un anuncio en el periódico solicitando un responsable de logística en el
sector turístico para el área mediterránea con remuneración fija más incentivos
y horario continuado, saben perfectamente que es una oferta para trabajar de
camarero en un chiringuito de playa cobrando trescientos euros más propinas con
una jornada continuada de dieciséis horas al día.
También se
evidenció nuestra competencia al interpretar las
declaraciones de Rajoy en las que aseguraba que el Gobierno había rescatado la Banca con dinero público
para garantizar la solidez del sistema bancario español y provocar la fluidez
del crédito. Los españoles supimos que lo que quería decir era que, gracias al
dinero de todos, los sueldos de los directivos de las entidades rescatadas serían
sólidos (es la forma más eficaz de saciar sus ansias de lucro y evitar más
robos a las entidades quebradas) y se provocaría la fluidez del préstamo: la
mitad de los españoles tienen que prestar su casa a algún pariente desahuciado
para que no termine en la calle o prestar ayuda a sus mayores arruinados por
las preferentes para que puedan pagar sus medicinas. Lo mismo nos ocurrió al
leer las declaraciones del Ministro de Economía vaticinando la mejora de nuestro bienestar por la progresión
geométrica del PIB, las infalibles previsiones del FMI y el BCE, la
evolución alcista del IBEX, la sostenible contención del IPC y el incremento negativo
del EURIBOR. O sea, que gracias a nuestra primera posición en la infalible clasificación de la UEFA y la FIFA, y a la cotización alcista de los deportistas españoles en la ATP, la FIA, el COI y la NBA, los ciudadanos tenemos asegurado el incremento de la actividad televisiva y la progresión geométrica de nuestro relajo cerebral, lo que redundará en un mayor bienestar para todos.
Y, si ojeamos un artículo sobre la exigencia de las compañías eléctricas al Gobierno para
incrementar el precio de la luz porque están sufriendo un enorme déficit
tarifario, los españoles entendemos perfectamente que, como hace poco viento en
Tarifa para producir energía eólica, las pobres eléctricas se ven obligadas a
inflar el importe de la factura. Lo mismo sucede cuando las petroleras niegan
que no exista la libre competencia; comprendemos que en nuestro país no son
libres para no competir y todas no se ven obligadas a no disminuir el precio de
los combustibles en contra de su no deseo.
En lo que se
refiere a las matemáticas, todos echamos cálculos cuando Rajoy dice que, debido
al incremento en la esperanza de vida, tiene que reformar el sistema público de
pensiones para hacerlo sostenible y mejorar la calidad de vida del futuro perceptor. Serán precisos 40 años cotizados para cobrar el 100% de la
pensión. Si comenzamos a trabajar a los 30 (por el elevado paro juvenil) y
encadenamos contratos temporales por una cuantía de 3 meses al año (en el
chiringuito de la playa), los trabajadores españoles tendremos una esperanza de
vida de unos 270 años y gozaremos de una salud de hierro (en toda nuestra vida
laboral no cogeremos ni una baja médica y así no nos despedirán del trabajo). Así ,gracias al Gobierno, tendremos una calidad de vida que será la envidia de los asalariados alemanes.
Si no supiéramos
de cuentas, tampoco entenderíamos lo dice el sr. De Guindos cuando asegura que
la desaceleración del ritmo de aumento en la destrucción de empleo
mejorará las perspectivas del subempleo subyacente. Es decir, que si ahora ¼ de
los españoles en edad de trabajar no puede hacerlo, este porcentaje se
incrementará negativamente hasta un deseable 3/2 del total de la población
activa en la economía sumergida o un 4/3 de los trabajadores pasivos en la
economía emergida. Por lo que muy pronto seremos la primera economía del planeta en
la fabricación de submarinos (5/1 de la producción mundial).
Gracias a nuestro
talento para los números sabemos lo que los empresarios quieren decir
cuando hablan de que la contención salarial disparará la productividad de la economía española provocando mayor felicidad neta a los trabajadores. O
sea, que si ganas 800 euros, te bajan el sueldo a la mitad (te quitan 300
euros) y tienes que sacar adelante a los tuyos con los otros 450 euros,
aumentará la productividad de tu economía porque con esos 250 euros menos
tendrás que comprar más productos para llegar a fin de mes. Esto obligará a
todos los miembros de la familia a realizar actividades conjuntas (ducha semanal en común,
paseos diarios hasta los cubos de basura, ágapes familiares en el comedor de
Cáritas…) para ahorrar los otros 150 euros hasta el total de los 750 euros de
tu anterior sueldo. Y ya se sabe:
familia que ahorra unida, familia feliz y pulida.
Todos los
españoles comprendemos que si se nos informa de que la probabilidad de que SM
el Rey termine por los suelos en un desplazamiento a pie es del 100%, se nos está diciendo
que es mejor que Don Juan Carlos permanezca tumbado porque la probabilidad de que se caiga es
mucho menor, alrededor del 160%, y evitar que vaya a cazar elefantes ya que se dispara este índice hasta el 20%. También sabemos que la probabilidad de un ciudadano de
ahorrar 25 millones de euros trabajando honradamente es aproximadamente del
98%, pero este porcentaje es mucho menor, alrededor del 0’1%, si tienes la
desgracia de ser tesorero del PP, sindicalista andaluz, dirigente político o
banquero. Es como la Lotería Nacional :
la probabilidad de que te toque el gordo si eres presidente de la Diputación de Castellón es de apenas el 99,99%, sensiblemente menor que si no desempeñas ningún cargo público en la Comunidad Valenciana en cuyo caso se eleva hasta el 0,00000001%.
En conclusión,
resulta evidente que el informe PISA está plagado de errores; lo que se explica porque los autores del estudio, nórdicos amargados por
el rigor del clima y el alcoholismo o japoneses resentidos por la falta de
vacaciones y la represión de sus emociones, no comprenden nuestra idiosincrasia
y nos juzgan con criterios contaminados por los prejuicios y la envidia.