PRESENTACIÓN

LAS PENAS CON HUMOR SON MENOS PENAS

Este es el blog suboficial de PENURIAS EXQUISITAS, mi primera novela. Pero, sobre todo, es un espacio dedicado a la literatura de humor en el sentido más amplio de la expresión. Si un relato entretiene a quien lo lee y le ayuda a olvidarse de sus problemas por unos instantes, bienvenido sea. Aunque en el texto no se realice un alarde estilístico o se haga una brillante reflexión filosófica o futbolística. Como diría un albañil: cuanto más divertida sea una obra, mejor. En palabras de Mariano, el protagonista de esta novela, "Si, además de entretener al sujeto lector, se provoca su hilaridad, se cobran dos volátiles de una detonación."


martes, 23 de abril de 2013

LOS ESCRACHES SON UNA ANIMALADA




EL MUDO,
Tajo Bajo, 23 de abril de 2013
  
     En la tarde de ayer se presentó en la sede del Ilustre Colegio de Veterinarios del Tajo Bajo un manifiesto titulado “Los escraches son una animalada”. En este documento elaborado por los profesionales de la salud animal de la comarca del Tajo Bajo se pone de manifiesto el rechazo frontal de este colectivo al incesante acoso callejero de que son objeto nuestros políticos. Según el escrito hecho público ayer, el escrache es un método demasiado inhumano incluso para los bicharracos que integran la clase política de nuestro país. "No podemos ser tan bestias como ellos son con los ciudadanos a los que gobiernan, pero tampoco podemos quedarnos de brazos cruzados", argumentan los veterinarios. Y se preguntan: ¿Somos hombres o somos ratones?, sembrando la duda en el corazón de este corresponsal, que es un amante apasionado de los quesos.
     Según el manifiesto presentado, el escrache es injusto porque la mayoría de estas alimañas públicas han trabajado con ahínco por el interés común (a todos ellos le interesaba lo mismo: trincar la pasta) y en defensa de nuestra economía (sobre todo de la industria cárnica, disparando la producción de chorizos). Además, muchos de ellos se han entregado a su vocación política con estricta neutralidad (ingresando estrictamente todo lo que han robado en bancos de un país neutral como Suiza) y abnegación (se sacrifican por nosotros y se niegan a dejar sus cargos).
     Para los veterinarios, el escrache es método indiscriminado pues, además de afectar al bicharraco en cuestión, tiene efectos negativos sobre criaturas inocentes (vecinos, mascotas, suegras…) y es de escasa eficacia porque la sabandija vuelve a chupar de la teta pública al día siguiente del acoso, como si nada. A todos estos inconvenientes, habría que sumar el alto coste en términos de desgaste del personal y dinero (a los participantes les cuesta una pasta coger el metro o el bus para desplazarse a los puntos de protesta y los despliegues policiales para proteger a estas garrapatas nos cuestan un pastón a todos los ciudadanos).
     Tras este lúcido análisis de la situación, el colectivo de veterinarios del Tajo Bajo, acostumbrado a lidiar con toda clase de bestias, propone una serie de técnicas adecuadas para neutralizar a nuestra clase política. Son métodos definitivos, de eficacia probada en otras sabandijas y que resultan más humanos que el escrache, como por ejemplo:
-Castración química o quirúrgica (especialidad de los profesionales de la comarca del Tajo Bajo) del espécimen, que evitaría, por un lado, que en adelante volviese a gobernar “por cojones” y, por otro lado, la reproducción de una especie tan dañina para la sociedad.
-Amputación selectiva de extremidades. Ya se sabe que chimpancés y políticos son los animales que más larga tienen la mano en relación con el tamaño de su cuerpo, si amputamos la extremidad superior a estos primates (a los políticos) nos ahorraremos que en el futuro vuelvan a poner la mano para recibir sobornos o que la metan en las arcas públicas.
-Extirpación de las cuerdas vocales del bicho. Esta técnica, utilizada habitualmente en cánidos, podría aplicarse con total garantía a nuestros servidores públicos –al fin y al cabo, las hienas son parientes de los perros- para que dejasen de prometer cosas en sus declaraciones de campaña electoral que no cumplen cuando llegan al poder. Además, se terminaría con la inevitable subida del pan que se produce cada vez que abre la boca alguno de nuestros ministros.
-Lobotomía, adecuada para tratar los casos de cretinismo tan frecuentes entre los gobernantes de este país. La técnica ya se utilizó con notable éxito durante la epidemia de las vacas locas y su aplicación a la clase política está indicada por la cercanía anatómica (en el colectivo abundan los cornudos) y psicológica (también hay mucha loca).
-Eutanasia activa para los individuos de más gravedad y pronóstico fatal. Cuando la sanguijuela no es recuperable para la sociedad, hay que evitarle el sufrimiento de una vida en los bajos fondos públicos. Este es un método indoloro y fiable muy usado en toda clase de animales domésticos, de manera que tras su aplicación el parásito dejará de robar de forma definitiva. Como dicen los veterinarios: “Muerto el perro, se acabó la rabia” 
    Todos estos tratamientos se realizarán de la forma menos cruenta posible y siempre con la aplicación de la oportuna anistesia local (antes de la intervención y con una botella de Anis del Mono, se arrearán al bicho los porrazos necesarios, localizados en la parte occipital de su cráneo, para dejarlo sin sentido).
     Los veterinarios ponen a disposición de los afectados una atractiva tarifa reducida: mientras dure la promoción, sólo cobrarán una cantidad simbólica –que podría salir del sueldo y las dietas que perciben los gusarapos políticos- para cubrir los gastos de material y mantenimiento de las clínicas, renunciando los profesionales de la salud animal a sus honorarios. De forma que, si su propuesta fuera aceptada mayoritariamente, supondría un alivio de miedo para las arcas públicas (ahorro en mordidas vampíricas, AVEs zombis, dietas de licántropo, aeropuertos fantasmas, etc.), que se concretaría en una disminución aproximada de un 80 % del déficit publico del Estado. Y, a los ciudadanos, nos ahorraría el padecer los desastrosos efectos de sus políticas raposas y porcinas.
     El Ilustre Colegio de Veterinarios del Tajo Bajo también hace mención en su escrito a la interesante posibilidad de ampliar su promoción a colectivos de características similares al de los políticos, como banqueros, miembros de la Familia Real, cuñados insufribles…
     A la hora de publicar esta crónica periodística, la propuesta ya ha sido remitida a los órganos directivos de las formaciones políticas de nuestro país y ha tenido entrada en los registros oficiales de los Gobiernos, Parlamentos, Asambleas, Diputaciones, Consejos Comarcales, Cabildos, Mancomunidades, Asambleas de barrio, Comunidades de vecinos y Peñas futbolísticas de toda nuestra geografía.
     Esta revolucionaria iniciativa abre un camino hacia la esperanza. No está todo perdido. Utilizando la imaginación para luchar contra la crisis, los veterinarios intentan paliar la caída de clientes en sus clínicas a la vez que se comprometen activamente para liberar a nuestra sociedad de ácaros y demás parásitos ibéricos de forma civilizada. Esperemos que su ejemplo marque tendencia y otros colectivos profesionales de importancia estratégica, como tertulianos de Telecinco, concursantes de Splash y criadores de ladillas, se impliquen también para que nuestra sociedad no se deshumanice y ningún animal, por muy abyecta que sea su condición, sufra de forma innecesaria.

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